Cáncer y alimentación
- EQUILÍBRATE
- 26 oct 2021
- 6 Min. de lectura
Actualizado: 23 nov 2021
El cáncer es una enfermedad que se inicia cuando la información genética de una célula se daña y se comienza a dividir en forma descontrolada, formando un grupo de células llamado "tumor".
De las causas conocidas, entre 5% a 10% corresponde a factores genéticos hereditarios y el 90% restante, a factores ambientales y estilos de vida.

Dentro de los factores de riesgo de producir cáncer, los más frecuentes son el consumo de tabaco, obesidad, algunos agentes infecciosos, la radiación solar, algunos medicamentos o contaminantes químicos, y el consumo excesivo de carnes rojas procesadas y alcohol.
De lo descrito anteriormente, la primera causa prevenible es el tabaco, seguida actualmente muy de cerca por la alimentación y actividad física. Sin embargo, con las políticas contra el tabaco implementadas en las últimas décadas a nivel mundial por la Organización Mundial de la Salud (OMS) a través del Convenio Marco contra el Tabaco, se ha observado una reducción en la incidencia y mortalidad por cánceres de la vía respiratoria y digestiva alta. Sin embargo, los derivados de la alimentación han seguido aumentando, como es el caso de los cánceres de mama y colorectal (1).
Por otra parte, en personas no fumadoras, la obesidad, la alimentación y sedentarismo son los principales factores de riesgo asociados a los distintos tipos de cáncer, especialmente de mama, colorectal, uterino y endometrio, de riñón, esófago, páncreas, próstata y vesícula biliar. En Chile, la mortalidad más alta es por cáncer al estómago (3.200 fallecidos al año, equivalente a una tasa de mortalidad de 19 por cada 100.000 habitantes)(2), seguido por el de pulmón, próstata, mama, vesícula biliar, colon, cérvico-uterino e hígado, la mayoría relacionados con malos hábitos alimentarios existentes y el incremento de la obesidad.
Alimentos o nutrientes que contribuyen a la prevención del cáncer
Frutas y verduras: su alto contenido en antioxidantes y fibra, relacionan directamente el consumo de grupo de alimentos con la prevención del cáncer; el licopeno presente en las verduras y frutas de color rojo, se han asociado con la disminución de algunos tipos de cáncer como el de próstata. Crucíferas como repollo, repollo de Bruselas, contienen ciertos fitoquímicos que se han asociado a la reducción del riesgo de tumores cancerígenos. Otros compuestos presentes en la coliflor se han estudiado para determinar de qué manera pueden inhibir el crecimiento cancerígeno. La recomendación de consumo es de al menos 400 gramos de verduras y frutas diarios por persona, el equivalente a 2 porciones de frutas + 3 de verduras. Es importante destacar que un mayor consumo diario de 600 u 800 gramos por día ha demostrado una mayor protección de la salud, en especial para las enfermedades cardiovasculares y el cáncer (3,4).
Soya: estudios han demostrado que el consumo moderado de soya, es decir 2 veces por semana, se asocia con una disminución en el riesgo de padecer cáncer (5).
Fibra: Es recomendable el consumo diario de fibra, a través de alimentos como cereales integrales, avena, legumbres, frutas y verduras. Dentro de los efectos protectores de la fibra relacionados con la prevención del cáncer, podemos mencionar que al ser fermentada en el colon por bacterias beneficiosas, se producen los ácidos grasos de cadena corta los cuales protegen del cáncer colorrectal, además de proporcionar energía para las células que recubren las paredes intestinales, manteniéndolas sanas. Además acelera el paso de los desechos alimentarios a través del colon, diluyendo el contenido y reduciendo la absorción de carcinógenos por la mucosa colónica.
Grasas Omega 3: una alimentación antiinflamatoria es clave para la prevención del cáncer. En ese aspecto, el omega 3, se destaca por su efecto antiinflamatorio, por lo que se deben incluir diariamente a través del consumo de pescados grasos como el jurel, salmón, trucha, sardinas y mariscos, mínimo 2 veces a la semana, preparados al vapor, a la plancha, al horno o en caldillo, además de complementar con alimentos de origen vegetal, como la semilla de chía y maravilla, linaza, nueces, entre otras, según porciones recomendadas (semilla de chía y maravilla 1 cucharada, linaza 3 cucharaditas, nueces 5 unidades)
En cuanto a micronutrientes antioxidantes como vitamina C (frutas como kiwi, cítricos, frutillas) y E (aceites vegetales, palta, frutos secos), carotenoides (verduras de color amarillo anaranjado) y polifenoles (peras y uvas blancas, bebidas como té negro, té verde y vino tinto), éstos actúan bloqueando la formación de carcinógenos químicos en el estómago, protegen el ADN, y en general a todas las células del daño oxidativo. Además potencian el sistema inmune.
Dentro de los factores de riesgo relacionados con la alimentación, se han descrito algunos alimentos que podrían aumentar el riesgo de desarrollar la enfermedad, tales como el alcohol, la sal o alimentos rotulados como "altos en sodio", carnes rojas, grasa saturada y alimentos cocinados "a la parrilla", como también algunas sustancias contaminantes que pueden ingresar al organismo a través de los alimentos.
Recomendaciones generales para la prevención del cáncer
La Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) y el Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer/Instituto Estadounidense de Investigación sobre el Cáncer (WCRF/AICR) a través de su informe del WCRF/AICR de 2009, titulado “Políticas y acciones para la prevención del cáncer”, establecieron recomendaciones que se centran principalmente en los alimentos y la nutrición, la actividad física, el peso corporal y
la lactancia materna, las cuales desglosamos a continuación:
Mantenga un peso corporal adecuado, de acuerdo a los rangos normales establecidos por el Índice de Masa Corporal (IMC): mantener un peso saludable contribuye a prevenir enfermedades como el cáncer, diabetes y al corazón. De todas formas, es importante mencionar que si bien el IMC es lo más usado en general para determinar el diagnóstico nutricional, hay que tener claro que no asegura tener un buen estado físico, por lo que idealmente se debiera complementar este dato con otros parámetros como el perímetro de cintura, % masa grasa, entre otros, para poder evaluar el estado nutricional. Cabe mencionar que el rango de IMC normal es entre 18,5 a 24,9.
Manténgase físicamente activo/a, como parte de la rutina cotidiana: en adultos, con el fin de mejorar la salud y el bienestar, la OMS recomienda al menos entre 150 y 300 minutos de actividad aeróbica moderada a la semana (o el equivalente en actividad vigorosa).
Evite las bebidas azucaradas, limite el consumo de alimentos procesados altos en azúcar y grasas saturadas o bajos en fibra: para hidratarse, prefiera consumir agua sola o saborizadas naturalmente con frutas y hierbas, y consuma la menor cantidad de alimentos procesados ( alimentos conservados en salmuera, extracto o concentrados de tomate con sal y/o azúcar, frutas en almíbar, tocino, sardinas y atún enlatados, entre otros) y ultraprocesados posibles (galletas, golosinas, bebidas azucaradas, bocados dulces, helados).
Incluya verduras, frutas, alimentos integrales o legumbres: consuma 2 porciones de frutas y 3 porciones de verduras diarias de diferentes colores.
Limite el consumo de carnes rojas y procesadas como cecinas y embutidos: para reducir el riesgo de cáncer, consuma como máximo 500 grs de este tipo de productos a la semana.
Limite el consumo de bebidas alcohólicas: a nivel mundial el 12,5% de las muertes producidas por cáncer, son atribuidos al consumo de alcohol (13.6% para hombres y 10% para mujeres) (6), razón por la cual se recomienda no ingerir bebidas alcohólicas. Si Ud. lo hace, limite su consumo a 1 copa en el caso de las mujeres y máximo 2 en el caso de los hombres.
Limite el consumo de sal: evite el consumo de alimentos en conserva o procure eliminar el líquido que contienen y luego lavarlos antes de consumirlos. Disminuya también el consumo de alimentos que sean rotulados como "altos en sodio".
La lactancia puede disminuir el riesgo de cáncer de mama, en especial si una mujer amamanta durante más de 1 año
Evite suplementos alimentarios para prevenir el cáncer: elegir una alimentación saludable y variada que incluya muchas frutas, verduras y otros alimentos de origen vegetal, contribuye a reducir el riesgo de cáncer en mayor medida que tomando suplementos.
Puedes prevenir el cáncer si incorporas hábitos saludables en tu vida como mantener una buena alimentación, incluyendo frutas y verduras diariamente, además de mantenerte activo/a, y evitando hábitos como fumar y consumir alcohol en exceso.
Referencias bibliográficas
https://inta.cl/wp-content/uploads/2018/05/Los-colores-de-la-salud.pdf
Csendes A, Figueroa M. Situación del Cáncer Gástrico en el Mundo y en Chile. Rev Chil Cir vol.69 no.6 Santiago dic. 2017.
Ronald Ross Watson and Victor R. Preedy (Edit). Fruits, vegetables and herbs. ISBN978-0-12-802972-5 Elsevier Inc. All rights reserved. Academic Press (2016) https://doi.org/10.1016/C2015-0-01705-1.
Wang Dong D, Li Yanping, Bhupathiraju Shilpa N, Rosner Bernard A, Sun Qi,Giovannucci Edward L, Rimm Eric B, Manson JoAnn E, Willett Walter C, Stampfer MeirJ, Hu Frank B. Fruit and Vegetable Intake and Mortality: Results From 2 Prospective Cohort Studies of US Men and Women and a Meta-Analysis of 26 Cohort Studies.Circulation (New York, N.Y.), 2021, March-01. doi: 10.1161/CIRCULATIONAHA.120.048996.
Ovidio Hernando Requejo y M.ª Carmen Rubio Rodríguez. Nutrición y Cáncer. Nutr Hosp. 2015;32(Supl.1):5-72
Plan Nacional de Cáncer 2018-2028. Minsal.
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